lunes, 29 de junio de 2015

Espátula común en Cobeña.

Esto son estepas (o pseudoestepas) cerealistas, un medio de secano donde echamos en falta un poco más de agua. Además, al contrario de lo que ocurre en otros lugares de la Península Ibérica, no contamos con lagunas endorreicas. Estas lagunas endorreicas son una fuente de atracción para las aves acuáticas durante el invierno o los pasos migratorios. Que yo sepa hay dos láminas de agua, formadas por sendas graveras donde sí se pueden ver algunas aves diferentes, como ardeidas, limícolas o anátidas. Dado que ambas son propiedad privada ni siquiera he intentado acercarme a las mismas.
En realidad, hay otras charcas situadas en un parque periurbano, conocido como Dehesa de Cobeña. Antiguamente este entorno se utilizaba para alimentar a la cabaña ganadera de la localidad, conformada por ovino, vacuno y porcino. De este pasado ganadero queda un corral circula con su casta para resguardar a las reses, y una fuente con pilón cuyas aguas se viertes en un pequeño arroyo que desemboca en la primera de las charcas. Son tres las charcas, a diferentes alturas y de pequeño tamaño. Además, cuentan con una población de patos domésticos y domesticados bastante amplia (en número), que cría en el mismo lugar. También se reproducen en la misma la focha común, la gallineta común y parece que también el chorlitejo chico.

Gallineta común.

No es extraño que los paseantes, jóvenes y mayores, vayan con su bolsa de pan duro para dárselo de comer a los patos domésticos. Aunque parece que también las fochas (al menos las más jovencitas) van prestas a comérselo.

Focha común (joven).

Debo reconocer que es un sitio que tenía un tanto olvidado hasta esta primavera. Al parecer, es un buen lugar dentro de la ZEPA nº 139 para al menos escuchar al pájaro-moscón europeo. Después de escucharlos y verlos en un entorno diferente (lagunas manchegas) me lancé a buscarlos por aquí, resultándome más fácil en esta ocasión. Era la primera vez que daba con ellos en este entorno protegido, pese a que anteriormente había visto sus curiosos nidos.

Pájaro-moscón europeo.

Además, esa misma tarde conseguía ver a varios zampullines chicos, dos en cada una de las lagunas. Esta especie también era la primera vez que la detectaba en la ZEPA. A ambas especies las vi de nuevo pasadas varias semanas, pero mi mayor sorpresa fue dar con una pareja de cigüeñuela común muy confiadas.

Zampullín chico.

Me parece muy curioso el comportamiento de determinadas especies (o individuos) en función de la época del año o del lugar donde se encuentren. En este parque ambas cigüeñuelas comunes se mostraban tranquilas ante la presencia de uno o varios seres humanos, mientras que en otros entornos seguramente huirían rápidamente o protegerían su nido. De hecho, su comportamiento me recordó mucho al de un morito que hizo las delicias de muchos ornitólogos que se pasaron por el Parque Isabel la Católica de Gijón. Este nivel de confianza parece ser incluso superior al otro lado del Atlántico, ya que parece que en los humedales estadounidenses las aves de diferentes familias llegan a posar muy cerca para deleite de observadores y fotógrafos. Quien sabe si en un futuro...
A esta pareja de cigüeñuelas comunes las he seguido viendo, junto a otro ejemplar de su misma especie. Además, un día que fui acompañado por el ornitólogo y fotógrafo de la naturaleza Ramón Suárez, quien pudo tomar fotografías de un momento tan íntimo como es la cópula (pinchando AQUÍ podréis ver una de estas fotografías).

Volví allí unas semanas después, con la esperanza de dar con alguna golondrina dáurica, aunque no pudo ser. Las cigüeñuelas no estaban, pero sí una especie mucho más interesante que me dio una grata sorpresa. Era una espátula común. Tras preguntar a unos paseantes sobre si la habían visto anteriormente y confirmarme que no era así, nos entretuvimos todos con tal inesperada presencia. Ellos observándola tranquilamente con mis prismáticas y yo haciéndole unas fotografías. No sé si acababa de llegar de su largo viaje desde el sur de España o del continente africano, aunque sí se encontraba bastante tranquila arreglándose las plumas y descansando.






Espátula común.

Allí nos pilló la noche a todos, observadores, espátula echándose a dormir y una garceta común que llegó tarde buscando algo para cenar.

Espátula común.
Garceta común.

Al marcharme de allí pensaba que al día siguiente esta espátula emprendería su viaje hacia sus cuarteles de cría en Europa Occidental. Mi sorpresa llegó días después, cuando en el blog de GRUSEC pusieron una cita de la espátula para este mismo lugar. Sería la misma que decidió pasar unos días por aquí para reponer fuerzas. Como una oportunidad así no se puede desaprovechar fui de nuevo. En esta ocasión estaba mucho más activa, vadeando la charca moviendo la cabeza de un lado a otro para detectar a sus presas. Generalmente son invertebrados, aunque me pareció que se llegaba a comer algún pececillo. Espero que únicamente comiera peces y no alguno de esos plásticos que se veía flotar.

Espátula común y cigüeñuela común.

Este día también estuvo más acompañada. Había tres cigüeñuelas, bastantes chorlitejos chicos, un andarríos bastardo y un par de avefrías europeas (una adulta y un juvenil).

Cigüeñuela común.
Espátula común.
Fochas, ánades azulones, gallineta, avefría europea y cigüeñuela.

 Rápidamente oscureció, de forma que no pude sacarle muchas más fotografías, pese a que se iba acercando a mi posición. En todo caso no desaproveche y conseguí una de las imágenes que más me ha gustado de este ejemplar.




No nos encontramos ante un humedal de importancia internacional (lugar Ramsar) ni mucho menos, pero ver algunas especies que en este entorno no aparecería de ninguna forma hacen que las charcas de Cobeña sean un sitio particular y más teniendo en cuenta la cantidad de paseante que hay.
Habrá que estar muy atento durante los pasos migratorios (especialmente el pre-nupcial) y el invierno por lo que pueda aparecer.


 P.D: aprovecho para comentar que he actualizado la entrada sobre movimientos migratorios (pinchar AQUÍ para verla) con las últimas citas.

viernes, 5 de junio de 2015

Listado de aves, y algo más.

Hace varios años que comenzaron mis andaduras por la ZEPA Estepas cerealistas de los ríos Jarama y Henares, desde aquel día de primavera en el empezaba a descubrir su potencial ornitológico. Salí una tarde a probar los viejos prismáticos de mi abuelo y unas nociones muy básicas para identificar especies. En cualquier caso, disfruté de un buen número de rapaces, incluyendo una colonia de cernícalos primillas (la cual desconocía hasta entonces). Fue el detonante de lo que a la postre sería mi local patch, como dirían los anglosajones.
Desde entonces no he parado de descubrir lugares nuevos en este espacio protegido, con el mismo material desde entonces. Sigo yendo con unos prismáticos fabricados en la URSS, además de un sencillo equipo fotográfico para realizar fotografías testimoniales que me permitan identificar algunas especies o contar el número de individuos en los bandos más grandes o en movimiento. Eso sí, ha cambiado mi teléfono móvil y gracias a ello voy más ligero, ya que es una herramienta imprescindible al poder actuar como guía de identificación, cuadernos de campo, biblioteca de cantos y reclamos, o mapa.

No es necesario mucho más para salir al campo para disfrutar de sus habitantes. Bueno, me equivoco. Se necesitan otros elementos que tal vez podríamos considerar como inmateriales. El primero, y muy importante es tener ética y respetar al máximo posible a aquellas especies que observamos.
El segundo, y no menos importante, es el conocimiento, el cual se consigue leyendo y observando. Todos los que empezamos en este mundillo tenemos problemas al principio para identificar a determinadas especies, aunque tengamos guías y fotografías delante de nosotros. Desde mis inicios considero que he aprendido mucho, y aun así sigo necesitando ayuda para identificar a algunas aves o para conocer comportamientos que desconocía de otras. De hecho, más de un lector de este blog seguramente piense lo pesado que me llego a poner para conseguir identificar a qué especie pertenecía alguna de las aves que he visto. A veces, ni aun así se consigue, por lo que mejor pensar que ya la veré con mayor seguridad.
El saber sobre los comportamientos de las aves es algo más complicado que conocer a las especies por sus caracteres morfológicos, pero en muchas ocasiones, muy útil. Sin embargo, hay una serie de personas que han dedicado su vida profesional a observar a los animales y estudiar cómo se comportan. A estos científicos, conocidos como etólogos, les debemos mucho. Ahora sólo queda que lo leamos, eso sí, entonces desearemos ver esa conducta determinada en algún momento de nuestras vidas. Así, por ejemplo, cuando una vez leía el Cuaderno de Campo Aves de la Estepa, de Félix Rodríguez de la Fuente, me quedaba ensimismado con este pequeño párrafo: mientras la avutarda sólo es molestada, muy ocasionalmente, por las grandes águilas, la pequeña codorniz ha de evitar el ataque de por lo menos siete cazadores alados, ilustrándose el texto con la figura de un águila imperial. Ni que decir tiene que por aquel entonces me costaba imaginar este lance de caza. Hasta que tuve la gran oportunidad de verlo en directo, con esos viejos prismáticos. Repentinamente un gran bando de avutardas levantaba el vuelo, seguida por una de estas águilas. Al poco llegaba otra, la pareja seguramente, para ayudar a la primera águila a separar y perseguir a una de las avutardas. La pobre decidió posarse, posiblemente para intentar defenderse mejor de sus atacantes. Después no pude ver la escena completa, pues la vegetación tapaba a los protagonistas, aunque al menos vi a una de las águilas levantar el vuelo y posarse cerca, en un lindero. Éste no debe de ser un hecho aislado, pues en otras ocasiones he visto a las avutardas reaccionar rápidamente ante la presencia de una de estas grandes águilas.
En este mismo Cuaderno de Campo, hay una técnica defensiva que también me gustaría observar, en este caso del sisón común para protegerse del halcón peregrino, cuando el primero relaja su esfínter anal y, con asombrosa puntería, ciega momentáneamente a su perseguidor. Me temo que cada año que pase será más complicado ya que los territorios de cría del halcón peregrino de la zona están vacíos, y además, el sisón común está en declive en la ZEPA nº139 (según los últimos datos de los que tengo conocimiento).

Sisón común.

Detenerse para analizar el modo de actuar de las aves nos puede dar muchas pistas. Por ejemplo, últimamente he visto a dos limícolas de colores y diseño similares, aunque de diferentes familias. La primera es la cigüeñuela común. Había una pareja junto a otras especies como tarro canelo (domesticado) y otras anátidas domésticas, fochas comunes y gallinetas comunes. Pese a que muchas de estas especies han criado allí, dudo que siquiera lo haya intentado la cigüeñuela. Además, el comportamiento tan pacífico que mostraban no es el propio de una pareja reproductora, la cual tiende a proteger su territorio frente a los intrusos, humanos incluidos.

Cigüeñuelas comunes y tarro canelo.

La segunda limícola es el avefría europea. He disfrutado mucho de los vuelos y reclamos que realizan en época nupcial, de los cuales ya os hablaba en una entrada anterior. Había al menos dos parejas que mostraban querencia a unos terrenos cercanos a un arroyo. Hacia finales de junio tendría que volver para ver si han tenido éxito o no en la reproducción.

Avefría europea

Estos son unos pocos ejemplos de lo que se puede descubrir leyendo en las fuentes correctas y saliendo al campo. Aunque debo decir que en muchas ocasiones en el campo descubriremos cosas que no estarán escritas. Por ejemplo, ver alguna especie que creíamos que no se dejarían caer por muestra zona de campeo. 

Por último, a fecha de junio de 2015 he conseguido detectar 144 especies de aves, además de tener 6 más con serias dudas, de forma que no pongo.
Gracias a que he ido elaborando una especie de cuaderno de campo, he podido realizar una especie de tablas fenológicas con datos propios. Éstas no están completamente cerradas, ya que es muy probable que vaya añadiendo muchos más datos (meses en los que he podido ver a una determinada ave o nuevas especies). Tampoco están cerradas al público, por lo que si alguien quiere colaborar, sus citas también serán bienvenidas. Os dejo el enlace al documento pdf (Listado sistemático de las aves de la ZEPA nº139) en la barra lateral derecha, para que los consultéis cuando queráis. Espero que os guste.