domingo, 2 de noviembre de 2014

Avistamientos desde la ventana y salidas camperas: ¿inicio del otoño?

Durante este mes de octubre la cantidad de aves ha sido considerable y además interesantes, tanto en el campo como desde mi hogar. Claramente no tengo fotografías de todas ellas o son menos que testimoniales, tal vez sea por mi preferencia actual por los prismáticos.

Ya son varios años paseando por diferentes caminos en los que antes o después se ven avutardas, las reinas del lugar. Y por mi propia experiencia, a finales de septiembre y principios de octubre tenemos la mejor época para verlas, ya que se sienten alto más cómodas ante la presencia humana (pero que nadie se piense que las podrá tocar y hacer tonterías con ellas, son los mismos animales asustadizos de siempre). Además, observo que a partir de mediados de octubre, se van volviendo más desconfiadas y tienen un radio de seguridad más amplio, especialmente a finales del invierno. Yo no tengo mucha idea de a qué puede ser debido, pero tal vez la actividad cinegética tenga algo que ver...


Avutardas, algunas acicalándose o tumbadas.

En cualquier caso, es en octubre la época que tengo que dedicar a encontrar aquellas zonas por las que tienen una mayor o menor querencia, de cara al invierno. Esto, como no puede ser de otra forma, está directamente relacionado con los campos de cultivo, si se encuentra en barbecho, en rastrojera o están recién cultivado, o bien son parcelas dedicadas a alguno de los cultivos indicados como medidas agroambientales (este año, al igual que el pasado, al menos han plantado colza).

Avutardas con las Cuatro Torres de fondo.

Como decía, paracen sentir preferencia por los terrenos recién cultivados, localizándolos rápidamente. Van a por los primeros brotes verdes y tiernos de finales de octubre. Desde luego, no son nada tontas y se lanzan a por ellos para llenar la panza (no se van a alimentar únicamente de aceiteras como hemos podido leer en algún artículo que ha sido publicado recientemente).
Uno de esos campos los veo desde mi casa, a una distancia considerable (2 kilómetros) y desde que las localicé el 22 de octubre (un grupo de 8 ejemplares y otras 2 separadas) su presencia ha sido constante (exceptuando el 23 de octubre).En días posteriores se veían en menor número, entre 3 y 5 individuos los cuales seguían una pauta marcada: llegar a eso del medio día e irse poco antes del anochecer, pasando toda la tarde por allí. Mi sorpresa fue comprobar que a una semana después, el día 29, ya había 14 ejemplares, y al día siguiente se veían 25 avutardas, repitiéndose el mismo comportamiento día a día. 
Y pensar que al principio pensaba que llegarían a ese campo porque estarían intranquilas en su zona habitual...

Tres avutardas, vistas en el terreno mencionado y desde el campo.

A estas avutardas las localicé ya a finales de septiembre gracias a los barridos que realizo en el horizonte por si algún bando de grullas se encuentra en migración. Parece que en la ZEPA nº139, aunque se pueden ver prácticamente en cualquier lugar, tienen preferencia por un pequeño cordal, el cual siguen. Sabiéndolo, de vez en cuando hay que mirar y al final, el día 23 de octubre, se presenta un primer grupo de 22 grullas en paso post-nupcial.
Varios después pasaría un bando por encima de mi pueblo, y al siguiente fue en el que mayor movimiento hubo. A día de hoy siguen pasando grupos de mayor o menor número, ojalá dure varios días más.

Grullas.

Tanto avutardas como grullas han sido protegonistas de este mes tanto en los avistamientos desde casa como en mis salidas camperas. Centrándonos en este momento en aquello visto desde mi hogar, ese mes de octubre ha sido en el que mayor número de especies me he podido apuntar con un total de 37 (contando las 8 más comunes que se ven esta época), y además se han presentado 4 novedades. Este es un mes de transición en el que todavía se ven algunas especies estivales a la vez que aparecen las primeras invernantes. Por ejemplo, a principios del mes todavía aparece, en la lejanía, un milano negro un tanto tardío. A su vez, llegan los estorninos pintos, las lavanderas blancas, los ánades reales son más frecuentes, las avefrías, los cormoranes grandes, y justo a finales de octubre se ven los primeros petirrojos. E incluso pasaron dos de las novedades, el reyezuelo listado y la lavandera cascadeña.

Petirrojo.

Cormoranes grandes.

Con los últimos aviones comunes de la temporada tuve la oportunidad de ver a otra de esas novedades. Por su fenología y conformación, ya que era un día de niebla y poco se veía, diría que se trataba de un vencejo pálido, de los últimos en migrar. Recordemos que los vencejos comunes tiende a desaparecer de nuestros cielos en los primeros días de septiembre, mientras que los vencejos pálidos llegan antes a la Península Ibérica, pero también abandonan nuestras tierras más tardíamente.
La última novedad desde casa ha sido un gorrión chillón que se posaba durante unos instante en una antena cercana, a cantar o al menos a intentarlo.

Gorrión chillón.

Otras aves que merecen ser nombradas y que he visto este mes han sido el verdecillos (ahora no es tan común como en primavera), el pito real que ha regresado en varias ocasiones, el herrerillo común, grajillas. Además, por sus constancia, el carbonero común, el colirrojo tizón, el mosquitero común y la curruca capirotada me han amenizado algunos momentos con su presencia.

Carbonero común.
Colirrojo real.
Mosquitero común.

Aunque sin salir de casa ya haya tenido una buena representación de la avifauna más característica de esta época, siempre apetece salir un rato a alguno de los caminos que recorren la ZEPA nº 139. La climatología ha sido un tanto rara en octubre, con una semana de muchas lluvias las cuales vaticinaban un otoño frío y lluvioso. Esta semana ha sido seguida de varias semanas con días soleados y temperaturas veraniegas. Y aunque hayamos estado de verano, la naturaleza sigue su curso y las aves no se dejan engañar.


Manzano asilvestrado.

Aguiluchos pálidos, gavilanes y especialmente milanos reales se dejan ver por el entorno más fácilmente, alguna avefría solitaria sobrevuela los campos de cultivo, las lavanderas blancas siguen los tractores que van a a arar los campos para aprovecharse de los insectos que se ven obligados a salir de tierra, los alcaudones reales vigilan desde lo algo de alguna encina o poste, y los bisbitas pratenses y aláudidos son cada vez más numerosos.

Milano real adulto.
Lavandera blanca.
Bisbita pratense.

El más común de los aláudidos es la cogujada común, durante todo el año. Pero en otoño son todavía más visibles ya que forman pequeños grupos (imagino que familiares). A lo largo de esta estación y durante el invierno se irán sumando las alondras comunes, y de cuando en cuando se dejarán ver las calandrias.

Cogujada común.

De esta familia de paseriformes me he conseguido quitar una espinita que tenía clavada desde hace tiempo: dar con mi primera totovía en el entorno protegido. A esta especie la he ido a buscar en alguna ocasión a ambientes que consideraba buenos para ella. Volví a uno de esos lugares, en el cual, mientras observaba a una hembra de corzo con su cría, escuchaba el canto desconocido de un pajarillo. Se posó en un cable y al verlo y fotografiarlo vi que era mi esperada totovía. Eran varios ejemplares que iban y venían entre retamas, matorral y cables.

Totovía.

Para el final dejo un breve momento de disfrute. Las protagonistas fueron dos águilas, de las grandotas, una juvenil de águila real y un águila imperial ibérica adulta. Estaban volando ambas juntas en círculos, hasta que hubo un momento que el águila imperial se empezó a mostrar molesta con la presencia de la otra contrincante, empezando a vociferar. Finalmente, con increíble agilidad para su tamaño, se terminaría lanzando en un par de ocasiones contra el águila real. Esta última, también con mucha habilidad conseguía darse la vuelta en el aire para presentarle sus temibles garras a su adversario. El águila real, ante el acoso que sufría huiría mejor el lugar, para buscar otro en el que volar con más tranquilidad.

Águila real juvenil (arriba) y águila imperial ibérica (abajo)



 En fin, despido un buen mes de octubre. Espero que este mes de octubre sea más variado todavía, y especialmente que consiga material para mostraros aquí con mayor asiduidad. Espero que en breve tenga la entrada relativa a la segunda etapa de la Cañada Real Galiana.


 



10 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Ay, Ramón, Ramón. Si tú supieras la de rutas de muchos kilómetros que me he pegado andando para no ver nada...Pero ese trabajo sucio es necesario para luego llevarte a los mejores lugares para ver la avifauna que caracteriza el entorno y que no te decepcione, je, je.

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  2. ¡Vaya vista que tienes! A mi a las avutardas me cuesta encontrarlas hasta en las fotos ja ja. Por cierto, las fotos muy guapas.

    Saludos.

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    1. Muchas gracias, como siempre se intenta hacer lo que se puede con las fotografías.

      Las avutardas se mimetizan muy bien en relación a su tamaño, especialmente con los campos recientemente arados. Sin embargo, la vista se va acostumbrando a buscarlas y cada vez es más fácil dar con ellas, todo es práctica.

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  3. Octubre se ha portado bien como mes!
    Buenas avistamientos y también has podido hacer fotos chulas.
    Ahora que andan pasando las grullas está la cosa emosionante.

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    1. No me quejo. Gracias por lo de las fotografías, se hace lo que se puede.
      Sí, ahora que están pasando las grullas en cualquier momento se espera su trompeteo, aunque este año se ven más lejanas...

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  4. Muy emosionante y sinegético octubre.
    Novedades, grullas, aguilazas, las avutardas, hay de todo.

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    1. Gracias.
      Como siempre digo, a esta zona le falta un pequeño humedal con aves acuáticas...

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  5. Muy buen repaso le has dado a la avifauna que bien, en paso, o aún estival o ya invernante ha tendido la cortesía de dejarse ver desde tu ventana o en las proximidades de ella.
    Es curioso conocer que esas avutardas se hyan aquerenciado por la zona y cada vez en mayor número. Seguro wue su presencia pidrá coniderarse ya como habitual y podrás disfrutar de ellas 'a placer'.
    Un saludo de 'Ojolince y Sra.'

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    1. Muchas gracias.
      Si es curioso, especialmente porque es un lugar donde nunca antes las había visto. Sin embargo, tengo que adelantar que pese a que su número aumentó, de un día para otro desaparecieron. Ojalá durante el invierno me vuelvan a deleitar con su presencia.
      Un saludo.

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