miércoles, 1 de octubre de 2014

Avistamientos desde la ventana y salidas comperas: migración post-nupcial.

En estas últimas semanas mis salidas al campo se han caracterizada especialmente por la búsqueda y el consiguiente avistamiento de especies que únicamente se observan por aquí durante los pasos migratorios, o cuyo número de ejemplares aumenta considerablemente. Asimismo, un buen indicador que tengo de cómo se va desarrollando el paso migratorio post-nupcial es echar un vistazo desde cualquiera de las ventanas de mi casa para ver las posibles especies que hay.
De hecho, fue hace dos años cuando empecé a realizar listas de las especies vistas desde casa, y todo porque estaba muy animado con las especies vistas durante el paso migratorio en el mes de septiembre. Entonces me apuntaba un total de 29 especies incluyendo a algunas tan llamativas como el colirrojo real, el águila imperial ibérica, el buitre negro y, especialmente, la cigüeña negra. Desde entonces ya van 75 especies avistadas y una más escuchada, con algunas que pasan por aquí prácticamente a diario como el buitre negro, otras que se consiguen ver mensualmente como el águila real, otras habituales en diferentes épocas del año como el verdecillo en verano y  la lavandera blanca en invierno, otras raras como el alcaraván, e incluso muchas que sólo he tenido la oportunidad de apuntarme en una única ocasión como son el ánsar común, el torcecuello euroasiático, el abejero europeo, el búho real, la lechuza común, la curruca cabecinegra o la golondrina dáurica.

Retomando el tema principal de esta entrada, abarcaré el periodo comprendido entre el 15 de agosto al 30 de septiembre, mezclando un poco tanto los avistamientos desde casa como mis salidas al campo, ya que en esta ocasión han estado muy relacionadas.
Así, desde casa veía cómo los abejarucos europeos iban siendo más frecuentes durante esas dos últimas semanas de agosto, hasta ver el último bando de 19 individuos el 6 de septiembre. Hasta el año que viene, se les esperará con impaciencia.

Abejarucos europeos.

Además, un tempranero mosquitero musical se detenía en los tarajes del parque para reponer fuerzas y así poder continuar su viaje.

Mosquitero musical.

Así, pese a fechas tan tempranas decidí hacer una excursión llena de almendros silvestres o asilvestrados, para coger alguna almendra y por si veía algún pájaro en paso migratorio.
Pero lo dicho, las fechas todavía no eran las buenas para verlos y encima, todas las almendros eran de esa variedad que da la almendra amarga. Sin embargo, no todo fue malo y poder ver avutardas, un pequeño grupo de gangas ortegas, un posible mochuelo, y especialmente mi primera lavandera boyera dentro de la ZEPA nº 139 hizo que mereciera esa salida.
En esa misma salida también vi un gran número de abubillas, especie que sin llegar a ser rara tampoco es nada habitual. Desconozco si sería una o varias familias que hayan criado por allí o ejemplares que se empezaran a mover hacia el sur. Sea como sea, estaban por allí y encima a los pocos días veía otro ejemplar de abubilla desde mi propia ventana, siendo esta la última novedad que me apunto, siendo la especie número 75 vista desde casa.

El final de agosto llegaba, y desde mi vivienda conseguía observar a las últimas águilas calzadas, una hembra de aguilucho cenizo, al carbonero común (que se ha convertido en habitual durante septiembre), más mosquitero musicales y el primer papamoscas cerrojillo.

Papamoscas cerrojillo.

Y con esta especie de paseriforme en migración decido hacer otra salida a una zona diferente con aulagas, retamas y encinas, especialmente por las posibles currucas que hubiera. Pero ni una curruca en ese día pese a que por allí ya haya visto diferentes especies del género, eso sí, me pude comer algunas almendras dulces. En cuanto a aves, desde el principio se veían papamoscas cerrojillos y mosquiteros musicales.

Papamoscas cerrojillo.

Lo más interesante no tardaría en llegar, desde el cielo. La primera especie sería un ejemplar de águila real a no mucha altura. La situación fue mejorando con la llegada de gran número de buitres leonados con algún que otro buitre negro que se pusieron a ciclear a gran altura.
Junto a ellos vi dos rapaces de menor tamaño y bastante pálidas que me hicieron pensar en alimoche al principio, luego en culebrera europeo. Al final ni una ni la otra, era una pareja de abejeros europeo ni más ni menos.

Águila real.
Buitres leonados y abejeros europeos.
Buitre leonado y abejero europeo.

Estaba en estas cuando llegó la última gran rapaz que se puede ver por la zona, una juvenil de águila imperial ibérica que también se puso a ciclear junto a los buitres. En fin, fue un gran momento al ver a las cuatro grandes rapaces volando prácticamente juntas, momento aderezado con un poco de abejero europeo, de milano real y de gran cantidad de abejarucos.

Juvenil de águila imperial ibérica.
Juvenil de águila imperial, buitres negro y leonado.

Con esto llegamos a septiembre, ya sí que sí, paso migratorio post-nupcial de la mayoría de las especies. En este mes también dejamos de ver a las especies estivales como los abejarucos, águilas calzadas o culebreras europeas, para ver a las primeras invernates como lavanderas blancas o estorninos pintos.
En este mes de septiembre, desde casa, han sobresalido algunas especies como el azor (a esta la llego a ver una vez al año y gracias), el mochuelo europeo al cual conseguí ver en vuelo por la noche debido a que escuché su peculiar llamada de alerta, los cuervos vuelven a ser más abundantes tras unos meses desaparecidos, historia que comparte con el colirrojo tizón, y el pito real se escucha más que se ve pero en una ocasión lo conseguí pillar.

Cuervo.
Colirrojo tizón.
Pito real.

Pero sin duda, el momento cumbre fue cuando vi llegar un bando de 27 ejemplares de aves grande volando a poca altura, nada común por aquí. Mis rápidos pensamientos en el momento fueron: "avutardas, pero no suelen volar así", "grullas, pero es muy temprano todavía", "hace dos años justamente vi un bando con muchas cigüeñas negras, seguro que son ellas". Ni lo uno, ni lo otro ni lo siguiente, sólo tuve que esperar un momento para que todo se viniera abajo ya que vi que eran cigüeñas blancas. Bueno, hay que ser juntos con ellas y realmente fue un gran momento.

Cigüeñas blancas.

Momento que sería superado tan sólo cinco días después, el 24 de septiembre. Me encontraba observan a unos cuantos buitres negros y leonados que estaban sobrevolando el pueblo, cuando vi cinco puntos negros a lo lejos. Rápidamente pillé la cámara e hice las fotografías que pude y como pude. En esta ocasión, y pese a la lejanía, si pude ver que eran cinco cigüeñas negras.

Cigüeñas negras.

Y para terminar con lo visto desde casa, mencionar que los mosquiteros musicales y papamoscas cerrojillos fueron frecuente, y en una ocasión estuvieron acompañados por los papamoscas grises.

Mosquitero musical.
Papamoscas cerrojillo.

Pese a las aves en migración observadas desde casa, notaba que me faltaban unas cuentas. Así, hice un par de salidas para contrarrestarlo.
En la primera empecé un poco flojo, con algunos carboneros comunes, herrerillos comunes, agateador común y pito real. 

Herrerillo común.

Según pasaba la tarde la situación iba mejorando, con gran cantidad de tarabillas norteñas en la pose habitual de estas especies o posadas sobre cardos secos. Posteriormente un par de zorzales comunes me sorprendían desde el suelo, y escuchaba el matraqueo de una familia de currucas cabecinegras.

Tarabilla norteña.
Tarabilla norteña.

Por allí mismo andaban el papamoscas cerrojillo, lo cuales se perseguían entre sí, un tranquilo colirrojo real, papamoscas grises, en un terreno adyacente una familia de perdices rojas y algún que otro verderón común.

Colirrojo real.

Me quedaba una última especie, para lo cual me dirigí a unas zarzamoras donde hacía un par de años la vi. Se trata de la curruca zarcera, especie de la que vi tres ejemplares, inquietos todos ellos buscando algo que llevarse al estómago. Además, al volver a casa, en una zona diferente, veía a otro pajarillo que en ese momento me pareció una curruca mosquitera, aunque realmente estoy con dudas.

Curruca zarcera.

En la segunda salida fue a buscar al a última de las especies habituales, la collaba gris, la cual era fácil de ver en los terrenos labrados. Además, estaba acompañada por las tarabillas norteñas y los papamoscas cerrojillos. Aproveché esa misma salida para ver la situación actual de una de mis zonas habituales de paseo durante el invierno, la cual todavía está un poco sosa: tan solo unas pocas avutardas, algún cernícalo vulgar y aguilucho lagunero occidental (una hembra) y una corza a lo lejos.

Cernícalo vulgar.

Finalizo la entrada una una que nunca puede faltar, subida como casi siempre en la chimenea, la tórtola turca.

Tórtola turca.




2 comentarios:

  1. Espectacular entrada. Grandes avistamientos en la ZEPA sí señor, espero que en nada empieces a ver grullas desde la ventana. Un saludo!

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    1. Gracias. En la ZEPA tenemos cosas que podrían ser la envidia de otras zonas, pero eso sí, las cigüeñas negras no son nada normales. Estoy contando los días para que se empiecen a ver grullas y subir al algún monte.
      Un saludo.

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