Salidas camperas y avistamientos desde la ventana: resumen de estos tres últimos meses.

Hace varios meses que no publico en esta blog, si no recuerdo mal desde mediados de mayo, mes que fue muy variado en especies de mariposas, aves y alguna sorpresa en lo que se refiere a flora. Sin embargo, la racha se paró prácticamente en seco debido a las pocas salidas que he podido realizar durante este periodo (únicamente he podido ir al campo tres días en tres meses), básicamente a la falta de tiempo y a las altas temperaturas.

Además, los avistamientos desde la ventana desde mayo a julio también han sido pocos, generalmente desde muy lejos, aunque sí ha habido algunos de bastante calidad. 

De las tres primeras excursiones, dos las realicé a finales de mayo y principios de junio. En ambas mi principal objetivo era intentar ver especies diferentes en hábitats que no frecuento durante el resto del año. Entre mis objetivos de la primera se encontraban la alondra totovía, la collalba rubia y la curruca carrasqueña.

Al final, de esas tres especies sólo observé a la curruca carrasqueña, realmente a la que menos esperaba, en una zona de aulagas que comparte con sus primas y muy parecidas currucas rabilargas.

También recorrí una zona de bosque de ribera, con pajarillos asociados al medio como el ruiseñor común, el zarcero políglota, y otra novedad para mí en la zona, el carricero común.

Ruiseñor común.

Zarcero políglota.

En la segunda salida, en cambio sí fui a una zona algo más conocida en busca de especies de ribera, especialmente con la esperanza de ver a las bonitas oropéndolas. Ese día se me resistieron, pero un arrullo diferente al acostumbrado llamó mi atención. Se trataba de una solitaria tórtola europea, que sin exagerar puedo decir que es la primera que veo en varios años, en un medio que se supone bueno para ellas...

En esa misma excursión aparecía el primer alcotán que veo en toda la ZEPA...y en mi vida. Realmente me pareció mucho más pequeño de lo que pensaba, y gracias a su profuso dibujo listado en el cuerpo supe que lo sería.

Alcotán europeo.

Se dejaron ver muchas más rapaces como buitres leonados y negros, los tres aguiluchos que tradicionalmente han estado presenten en la península ibérica (lagunero occidental, cenizo y pálido), los milanos real y negro, ratonero común y cernícalo vulgar.

Milano real.

Milano y buitres leonados.

En cuanto a las otras voladoras, las mariposas, las cosas no se dieron mal, destacando sofía (Issoria latonia), vanesa de los cardos (Vanessa cardui), doncella mayor (Melitaea phoebe), pandora (Argynnis pandora), sátiro común (Hypparchia semele) y lobito listado (Pyronia bathseba).

Doncella mayor.

Lobito listado.

Pandora.

Sátiro común.

La última salida, ya en este mes de agosto, la realicé cuando un familiar me dijo de dar un paseo. Le llevé al anochecer por una zona de bosque de ribera bastante sencilla y algo más fresca, y creo que no se puede quejar con lo visto ni con el guía.

Lo que más ilusión le hizo, sin duda alguna, fue una corza que se encontraba descansando. Pero también pudo ver a la especie más típica de la zona, la avutarda, la cual le pareció enorme como no podía ser de otra forma.

También nos sobrevolaron algunos bandos migratorios de milanos negros, diría que en su mayoría juveniles. Entre los árboles vimos pico picapinos, pitos reales, abubilla o los pajarillos más típicos.

Juvenil de milano negro.

 Sin embargo, para mi lo mejor llegó con los últimos rayos de luz. Primero fue toda una novedad, un par de andarríos grandes a los cuales identifiqué gracias a su reclamo. Posteriormente, ya en la carretera, la figura del búho real se nos aparecía en lo alto de un poste del teléfono, mientras iba conduciendo.

Con este última observación de una rapaz nocturna enlazo con los avistamientos desde la ventana, ya que sin duda alguna han sido las grandes protagonistas de estos meses.

Quien siga mi blog ya sabrá que en junio de 2013 un par de búhos chicos estuvieron rondando por aquí (pinchar AQUÍ). Los estuve esperando en esas mismas fechas pero no llegaban. En cambio, el 5 de julio escuchaba un reclamo raro y al día siguiente conseguí ver al mochuelo europeo, su emisor. Al menos, conseguía observar al bonito y rechoncho mochuelo desde casa, perdiendo cada vez más las esperanzas de ver de nuevo a los búhos chicos.

Pero justo a las 5:15 de la madrugada del 7 de julio escuchaba el muy agudo y sonoro reclamo de los búhos chicos. Al fin estaban por aquí, sólo se habían retrasado. Es curioso que la situación en general fue muy parecida a la del 2013, ya que eran dos ejemplares posados en las mismas antenas de televisión. En días sucesivos volvieron, pero en esta ocasión han preferido utilizar como posaderos los árboles en lugar de las antenas, de forma que los he escuchado mucho más que visto.

 Ya en agosto, tras mi viaje a Asturias y habiendo escuchado a las lechuzas por allí se me quedaron grabados sus llamadas. Gracias a ello, en la madrugada del día 9, a eso de las 3:30 me "despertaba" la lechuza común, posada también en esa misma antena que utilizó el búho chico el primer día. Como me dijo un buen amigo, debería poner una cámara de fototrampeo para ese lugar.

Pasando a las rapaces diurnas, he tenido dos grandes momentos protagonizados por dos de nuestras especies más amenazadas.

El primero fue gracias a un acto de cleptoparasitismo, ya que vi volar a un ratonero común con su presa (un gazapo). Al poco tiempo llegó otra rapaz, ni más ni menos que un juvenil de águila imperial ibérica, que tras acosar y realizar picados contra el ratonero, consiguió que soltara al conejo y lo cogió en el aire. En este caso la fuerza se impuso.

Águila imperial juvenil (izquierda) y ratonero (derecha).

El otro momento lo tuve gracias al compañero Carlos Rossi, ya que me indicó que una rapaz que no supe identificar en el momento era un alimoche común juvenil, toda una novedad para mí. Esto equivale a que ya he visto a gran parte de las rapaces ibéricas desde mi cuarto, quedándome aquellas con posibilidades muy remotas (águila pescadora, águila perdiera, esmerejón y alcotán, ya que no cuento al quebrantahuesos, elanio azul ni halcón de eleonora).

En la entrada de abril mencionaba que al pardillo común hacía tiempo que no lo veía, pero ha vuelto tanto en mayo como en junio y julio, pareciendo relativamente habitual por aquí al igual que otros passeriformes.

Pardillo común.

También he observado al críalo europeo, exactamente en agosto y cerca de una urraca que no se mostraba nada beligerante con él. Tal vez sea el pollo de aquella pareja que estuvo por aquí entre marzo y abril.

Curiosamente, pensé que por su canto parecido, los tres jóvenes pitos reales que pasaron el día de ayer (15 de agosto) en uno de los pinos que está junto a mi casa, eran de nuevo los críalos. No es una novedad, pero hacía ya un año y medio que no aparecían y me ha hecho especial ilusión.

El resto de especies han seguido yendo y viniendo durante estos meses, pero prefiero no aburriros con ellos y únicamente dejaros las "mejores" fotografías, especialmente con los tres pollos de cigüeñas que han salido adelante este año.

Así, con las novedades de la lechuza común y el alimoche común, a fecha de 15 de agosto, ya son 73 especies de aves observadas y 1 más escuchada. Espero que siga aumentando el número.