viernes, 16 de mayo de 2014

Salidas camperas: las acuáticas ganan protagonismo.

Este mes he dejado un poco más de lado los paseos por áreas de cultivos cerealistas propiamente dichos y he preferido ir a aquellas zonas que consideraba más propicias para el avistamiento de pajarillos en migración, especialmente para los más frecuentes: collalba gris, tarabilla norteña, colirrojo tizón, mosquitero musical, papamoscas gris y papamoscas cerrojillo. Para ello me he acercado a zonas algo más boscosas o de retamares, lo cual se traduce al final en bosques de ribera o de monte.



Pero al final no he visto a casi ninguno de los paseriformes indicados anteriormente, excepto a una hembra de papamoscas cerrojillo. Eso sí, me he llevado en el recuerdo mucha de la avifauna de ambos hábitats, además de especies que no me esperaba en un principio conseguir observar por aquí.



Y para empezar, nada mejor que hacer honor al nombre de la entrada. Al contrario de lo que ocurre en otras zonas cerealistas de la península, la ZEPA nº 139 Estepas cerealistas de los ríos Jarama y Henares es una zona relativamente seca donde no se puede disfrutar de ninguna laguna endorreica, de forma que la biodiversidad de aves acuáticas es bastante baja. De esta forma, las únicas áreas húmedas son los ríos y arroyos, los cuales además suelen ser estacionales y poco caudalosos.
Pero este mes he visto especies más allá de los ánades azules y alguna que otra cigüeña blanca que se ve por allí.

Cigüeña blanca.

Las primeras de ellas fue una pareja de ánades frisos. Esta especie ya sabía que la podría encontrar aquí en invierno, pero no en épocas tan avanzadas de la primavera. Realmente desconozco si llegará a reproducirse por aquí, aunque lo dudo mucho.

Ánades frisos.

Como también dudo que críe aquí otro par de archibebes claros que vi volando y posándose repetidamente en un arroyo. Posiblemente esta sea una de las especies que menos me esperaría observar por aquí, pero ya se sabe que durante le paso migratorio se pueden dejar caer cosas inesperadas.


Archibebe claro.

Curiosamente, el par de archibebes claros no estaba solo, ya que otra limícola de alas puntiagudas y mucho más pequeña volaba también por allí. Más tarde conseguí verla posada y supe entonces que se trataba de un chorlitejo chico.

Chorlitejo chico.

Hay otras dos especies asociadas a medios acuáticos más comunes por aquí que también he conseguido ver este mes. La primera de ellas es la garceta común, a la cual había observado en dos ocasiones en vuelo y muy lejanas. Esta vez ya tocaba posada y algo más cercana al camino.

Garceta común.

La otra es la muy común avefría europea, durante el invierno. Sin embargo, parece que se ha comprobado la reproducción de la especie en determinados lugares de la ZEPA. En total había seis individuos juntos, volando o posados. pero desconozco si se están reproduciendo en este momento o simplemente se encontraban de paso. En cualquier caso, me mantuve cauto y preferí dejarlas tranquilas por si acaso.



Avefría europea.

Y entre las acuáticas me queda una especie que sabía que se reproduce en nuestros ríos y arroyos pero albergaba pocas esperanzas de conseguir verla. Se trata del rascón europeo, al cual vi en el camino por el cual estaba paseando, y como no podía ser de otra forma en este típico animal, rápidamente se escabulló entre el carrizo. Gracias a su forma y su pico la pude identificar sin ninguna duda.
La última aves que no es propiamente acuática pero sí está bastante asociada a este tipo de medios es el avión zapador. Creo que forma una pequeña colonia de cría en el entorno, colonia que además parece compartir con los abejarucos europeos.

Abejaruco europeo.

Realmente no son difíciles de encontrar por allí, a lo largo del bosque de ribera, tanto en vuelo como posados en alguna rama seca. 

Abejarucos europeos.

Pero no es la única especie de bonitos colores que se puede ver entre los árboles. Y con esto empezamos a ver los motivos reales de acercarme por allí en más de una ocasión. A parte de los pajarillos mencionados anteriormente había ganas de ver a las primeras oropéndolas, aunque casi siempre es más fácil de escucharlas.
Con el cuco común pasa algo muy similar. A esta especie ya la había escuchado en otras ocasiones, pero nunca la había conseguido ver por la ZEPA, así que es todo un privilegio para mí que encima me pasaran volando dos ejemplares (o tal vez el mismo) justo encima de mí.
Y la última especie complicada en estos ambientes es el torcecuellos euroasiático. Tan complicado que lo estuve escuchando durante un buen rato en un árbol cercano y no fue hasta que salió en vuelo hasta otro árbol cuando lo pude ver.
Al final, en el bosque de ribera sí vi aves acuáticas y tres aves forestales relativamente complicadas, pero no hubo ni rastro de los pajarillos mencionados anteriormente, excepto del papamoscas cerrojillo.

Aunque sí hubo muchas más especies de aves, como agateador común, alcaudón común, carbonero común, curruca cabecinegra, gorrión chillón, gorrión moruno, herrerillo común, jilguero, lavandera blanca, mito, pardillo común, pico picapinos, pinzón vulgar, ruiseñor común, tarabilla común, verderón y zarcero políglota.

Lavandera blanca.
Pardillo común.
Alcaudón común.

Curiosamente, mientras veía a las aves forestales no pude evitar ver, aunque fuera desde lejos, a varias de las aves esteparias más típicas de aquí como es el caso del sisón, además de las terreras comunes recién llegadas desde África.

Sisón común.

Pero para la zona de monte y llanuras cerealistas mejor hablar de aquel día en el que quedó con dos blogueros (estos son sus blogs Naturaleza y ViajesAprendiz de biólogo y artista). Uno de los objetivos principales era ver unas orquídeas, exactamente Orchis papilionacea, flor que ya había visto la semana anterior en una de mis salidas.




En la salida de la semana anterior además tuve el privilegio de ver bien a una juvenil de águila real, ya que me pasó en vuelo bajo mientras estaba en lo alto del monte.


Águila real.

Es curioso que el día que fui acompañado tuvimos el placer de ver de nuevo a esa águila real (o eso imagino), además de una juvenil de águila imperial, buitres negros y leonados, milano real y negro, una avutarda muy lejos y un corzo todavía más lejos, además de currucas rabilargas.
Pero no íbamos allí tanto por las aves como por la flora. En un principio vi que todas las orquídeas que vi la semana pasada no estaban allí, aunque sí algunas secas y tallos mordidos.



Las únicas que quedaban eran aquellas que estaban protegidas por los pinchos de la aulaga. Por surte, al final si encontramos una zona donde pudieran disfrutar mis compañeros, además con un ejemplar hipocromático de esta orquídea.





Además, las encinas también se encontraban el flor, de forma que adquieren una tonalidad verde amarillenta diferente a la habitual, las aulagas empezaban a adquirir un tono amarillo, y las pequeñas flores de tomillo atraían a las mariposas.





Mariposas como la sofía, la vanesa de los cardos o la escamas azules.

Sofía.
Escamas azules.

Además, cada uno de los acompañantes quería ver a determinadas especies, como las avutardas comunes o los alcaravanes comunes, para lo cual nos dirigimos a otro lugar donde realmente tuvimos suerte con ellos. En el primer caso se vio un grupo bastante numeroso además de algún individuo aislado. En el caso de los alcaravanes fue una pareja la que nos deleitó con su presencia.
También se dejaron ver algunas gangas ortegas, un alcaudón real, más buitres, culebrera europea, águila calzada, aguilucho lagunero, cernícalos, entre otras.

Cernícalo primilla.

Y de nuevo nos detuvimos un buen rato con la flora, especialmente con los nazarenos, cantuesos y otras especies que no reconozco.




Y también con las mariposas, especialmente con la macaón. La suerte de ir acompañado es que se produce un intercambio interesante de conocimientos. Así, por ejemplo Sergio nos indicó que las largas de esta mariposa tienen como planta nutricia el hinojo y nos indicó cual era. Y realmente es abundante por el entorno.

Macaón sobre cantueso.

Además, nos indicó una flor que hubiera tomado por una amapola, pero que resulta recibir el nombre común de ojo de perdiz.



Desde luego, pasear con gente así y hablar sobre la naturaleza siempre es un placer.
Para despedirme de esta entrada os dejo un par de fotos, la primera de la especie del año 2014, la golondrina común.

Golondrina común.

Y por último, una de la perdiz roja, ya al anochecer tras una tarde provechosa en el campo, no viendo únicamente aves, ya que la ZEPA nº 139 alberga mucho más que eso.

Perdiz roja.



domingo, 4 de mayo de 2014

Avistamientos desde la ventana: aves en las antenas.

Estamos en la época en la que muchas aves utilizan posaderos para cantar y dejarse ver fácilmente por otras de su misma especia con la esperanza de atraer a su pareja. En los pueblos, los mejores lugares para ello son las antena que pueblan cada uno de los tejados.
Normalmente ve a una serie de pajarillos, pero tanto palomas torcaces como tórtolas turcas también las utilizan con asiduidad.

Tórtola turca.

Empezando con los pajarillos, los más comunes en esta época son, sin lugar a dudas, los verdecillos y los verderones común. No es raro verlos varias veces en las múltiples antenas de los alrededores en las de mi casa, incluso el mismo macho volviendo frecuentemente.

Verdecillo.

Y de vez en cuando uno tiene la suerte de ver a la pareja junta, como es el caso de estos verderones común. Ojalá dentro de poco se empiecen a ver los volantones de ambas especies.



Otra especie que se suele ver es el colirrojo tizón, aunque es más inconstante que las otras dos ya que prefieres utilizar otros posaderos más lejanos. Eso sí, la hembra también anda por aquí cerca de vez en cuanto y no creo que tengan problemas para encontrarse.

Colirrojo tizón macho.
Colirrojo tizón hembra.

Y por último, debo poner al pardillo común, que aunque la fotografía sea todavía más testimonial que las otras, se trata de una especie que no veo desde casa desde hace más de un año y medio, por lo que me hizo ilusión ver a este colorido macho.

Pardillo común macho.

Continuando con aves raras de ver por aquí, un anochecer escuché el canto lastímero del alcaraván común y vi su figura prácticamente cuando ya estaba oscuro. Y en la oscuridad de verdad también escuché el reclamo de un autillo, en la lejanía, por lo que no tuve esperanza de llegar a verlo.
Enlazando con las especies raras con una vista el pasado mes, debo decir que la pareja de críalos europeos ha sido por aquí. En realidad recorren todo el pueblo e incluso he visto a uno en las afueras.

Críalo europeo.

 En ocasiones se han acercado más bien involuntariamente ya que las urracas los han estado "acosando" para que se vayan de su territorio, aunque tal vez la hembra del críalo les haya dejado un regalito en su nido.

Críalo europeo seguido por dos urracas.

Aunque creo que otra de las causas para que se hayan acercado por aquí es la comida. Ya el año pasado veía, por primera vez, a un grupo de orugas de la procesionaria del pino que hizo sus "nidos" en un pino cercano. Este año, como no podía ser de otra forma, hay procesionarias de nuevo, lo cual es todo un manjar para el críalo.

Críalo europeo comiéndose unas procesionarias del pino.

Y viéndolo tanto por aquí esperaba que algún día se acercara algo más. Y aunque así fue, la luz era muy mala y el resultado no es del todo bueno, pero algo es algo.

Críalo europeo.

Por otro lado, las aves estivales se van dejando ver cada vez más. Los abejarucos empiezan a pasar prácticamente a diario, una hembra de aguilucho pálido se encontraba volando junto a un macho de aguilucho lagunero occidental, he visto águilas calzadas de ambos morfos, además de cernícalos primillas.

Cernícalo primilla.

Y para terminar, pongo aquellas que suelen ser relativamente frecuentes, aunque haya sido en menor cantidad que otros meses: ratonero común, milano real, lavandera blanca (a esta especie no me la esperaba ya hasta el invierno que viene), jilguero, curruca capirotada (creo que las que veía por aquí en meses anteriores se han marchado), cigüeña blanca, cernícalo vulgar, buitres negro y leonado, ánade real, una juvenil de águila real, e incluso al águila imperial.

Buitre negro.

Ratonero común
Cigüeñas blancas.
 
 Con esto hace un total de 34 especies, incluidas las 10 más comunes, y aunque no haya habido ninguna novedad hace ilusión ver a otras que hacía tiempo que no aparecían.