miércoles, 16 de octubre de 2013

Salidas camperas: mes de migradoras, avutardas y sisones.

Para intentar darle más vida a este blog me propongo empezar una serie de entradas relacionadas con mis salidas al campo, salidas para disfrutar de la fauna, flora y paisajes de este entorno, siempre con prismáticos y cámara en mano.
Al igual que la serie de entradas "Avistamientos desde la ventana", este tipo de entradas también será mensual debido a mi dificultad para conseguir material fotográfico de relativa calidad en poco tiempo. Además, como no quiero que se solapen en el mismo día ambos tipos de entradas, las de "Salidas camperas" incluirán aquellos lugares que visite y lo que vea en los mismos desde el día 16 del mes anterior hsta el día 15 del mes en cuestión.

Perdiz roja.

Entrando en el tema principal que nos ocupa en esta entrada, he de decir que en general aquellos aficionados a la ornitología que vienen hasta aquí lo hacen básicamente con la esperanza de ver a las especies esteparias más llamativas: avutarda, sisón, ortega, alcaraván, cernícalo primilla y aguiluchos cenizo y pálido, como indican en esos carteles azules colocados por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio al inicio de algunos caminos.

Tal vez de todas ellas las avutardas sean las más buscadas por foráneos, pero incluso a mí me gusta ir a verlas de vez en cuando. Y conociendo el terreno como lo voy conociendo ya, quería aprovechar el inicio del otoño, antes de que se vuelvan mucho más desconfiadas y asustadizas entre finales de otoño y principios de primavera (aunque en gran número). Ahora, los bandos no son muy numerosos, incluso se ven en pequeños grupos o a alguna solitaria. 

Mirando al frente.
Mirando a la derecha.
Mirando a la izquierda.
Y a comer.

Eso sí, el área de distribución era muy amplia de forma que en ocasiones se ven cerca de caminos, otras en la lejanía, o incluso cerca de alguna casa o de carreteras muy transitadas (¿sabrán los conductores que aquel bando de aves tan grandes son avutardas?).

Grupo de 4 avutardas cerca de una carretera y de una propiedad.

Sin embargo, para mí el gran protagonista de este mes ha sido su primo pequeño, el sisón, el cual se encuentra en regresión en la ZEPA (según los últimos datos que he leído). Tras mucho tiempo sin verlos, e incluso buscándolos, di por casualidad con un grupito de 20 ejemplares el primer día que los vi, aunque ya van por 31 ejemplares en el último).

Sisón común.
Grupo de sisones comunes aterrizando.

Se lo comenté a otro compañero bloguero que también es de Madrid, responsable del blog "Aves y Estrellas", el cual tenía muchas ganas de ver avutardas y sisones.
Finalmente vino el día 5 de octubre, junto a su familia. Pero él, no conformándose sólo con la posibilidad de ver sisones y avutardas, también quería águilas reales e imperiales ibérica (casi nada, vaya). Nos dirigimos al lugar donde previamente había visto a los sisones, y tuvieron la suerte de disfrutar de un numeroso grupo de ellos casi desde el principio. Como bien decía este bloguero, ver tantas cabecitas asomándose y "escondiéndose" se parecía más bien el juego de feria de darle al topo.




Curiosamente, mientras por un lado veíamos a los sisones por el otro veíamos a algunas avutardas posadas o en vuelo, lo cual nos permitía comparar tamaños entre las dos especies pertenecientes a la Familia Otidae que se encuentra en la Península Ibérica.

Avutarda común en primer plano y sisón común al fondo (diferencia de tamaños).

Además, posteriormente vimos a muchas más avutardas, a un grupito de perdices rojas, un zorro rojo y lo que todos pensamos que era un gato montés por su corpulencia y cola (aunque no estamos al 100% seguro).

Diferentes ejemplares de perdiz roja.
 
Para delicia de mis acompañantes también pasaron varios buitres negros y leonados, milano real y aguilucho lagunero occidental Sin embargo, por el momento ni rastro de águilas. Por ello, después de comer fuimos a otro lugar por si había suerte con ellas. Y no sólo hubo un poco, si no que hubo muchísima ya que disfrutaron de 3 ejemplares diferentes de águila imperial, rodeados de lo que para mí es el mejor paraje desde el punto de vista paisajístico en la ZEPA.

Buitre negro.
Buitre leonado.
Buitre leonado.

Desde luego, no fueron las únicas especies que vimos ese día, ya que también aparecieron ratonero común, cernícalo vulgar, cigüeña blanca y algunos pajarillos en migración post-nupcial. Sólo nos faltó el águila real y algún corzo.

Cogujada común.

Hablando de pajarillos en migración, para ellos decidí ir a dos lugares diferentes. El primero de ellos fue a una zona conocida de Daganzo de Arriba, donde el bosque de ribera se junta con los campos de cultivo. Allí sólo vi a dos de las aves típicas en paso, la collalba gris y el papamoscas cerrojillo. Sin embargo, el primer bisbita arbóreo que veía en la ZEPA junto al segundo alimoche (esta vez adulto, ya que en la anterior fue un juvenil) compensaba con creces la falta de otros pajarillos típicos del paso post nupcial.

Espino albar o majuelo.
Bisbita arbóreo.

En cambio, en la otra zona, un retamar en el que también crecen numerosas zarzamoras, no me faltaron tarabilla norteña, papamoscas gris, papamoscas cerrojillo, mosquitero musical y colirrojo real, los más abundantes por aquí en el paso. Eso sí, he echado en falta a la curruca zarcera, entre otros. Ese mismo día también observé abejarucos europeos y mi primera golondrina dáurica por el entorno.

Tarabilla norteña.

Tarabilla norteña.
Papamoscas cerrojillo
Papamoscas gris.
Collalba gris.
 
La última especie de interés que vi en este mes fue a la ganga ortega, formando un grupo de 4 ejemplares. Iban en vuelo algo y bastante alejado, por lo que fue gracias a su característico reclamo como las encontré y no pensé que fueran palomas torcaces.

Como conclusión, claramente estas no fueron las únicas especies que he visto a lo largo de este mes, pero para mí fueron las más interesantes en las salidas más interesantes (ya que hubo otras más sosas).

Grupo de gorriones comunes (no siempre hay que esperar a un día indicado).

P.D: algunas de las fotografías no corresponden al mismo día que menciono, aunque todas han sido realizadas en este periodo.
P.D.D: dejar claro que en todo caso se intentó molestar lo mínimo posible a todas las especies, y en ningún caso las hice huir (a las más sensibles).





martes, 1 de octubre de 2013

Avistamientos desde la ventana: se deja notar el paso post-nupcial.

 El paso post-nupcial que se nos avecinaba ya se empezaba a notar en agosto con algunos milanos negros o mosquitero musicales. Pero durante este mes de septiembre e inicios de octubre cuando una mayor cantidad de especies realizan sus movimientos migratorios, hasta que las grullas y otros invernantes ponen el broche final.
Desde mi propia casa, y más teniendo en cuenta que se encuentra en una zona de "secano", no es de esperar ver mucho movimiento de aves, pero sí se ver algunos signos de que algo grande está ocurriendo por toda la Península Ibérica.

Tórtola turca.

Y para empezar, comentar que aquellas especies que veía con cierta frecuencia desde casa en los meses estivales dejaron de aparecer, como es el caso de las oropéndolas, los cernícalos primillas y, sobre todo, los milanos negros y los vencejos comunes.
Otras aves asociadas al verano, como la golondrina común y el avión común se hacen menos numerosos, en especial en las horas centrales del día. No así al amanecer y al atardecer, que llegan a ser muy numerosos debido a la llegada de algún bando migratorio que decide parar en el pueblo para reponer fuerzas. Es con estos bandos cuando intento tener más cuidado, ya que tal vez algún avión zapador o alguna golondrina dáurica se encuentre infiltrada. Y así fue, en el caso de una golondrina dáurica, de cola larga y obispillo claro, que se encontraba con unas golondrinas comúnes.
Al igual que pasa con golondrinas y aviones, los abejarucos europeos eran muy numerosos todavía en las primeras semanas de septiembre, hasta que finalmente dejaron de aparecer el día 10 de este mes. Un día después, también vi a mi última águila calzada, o eso parecía hasta que justo el último día de septiembre apareción volando en línea recta y rápidamente un ejemplar de fase clara.

Águila calzada (fase oscura) junto a un bando de buitres leonados.

Continuando con las rapaces, puedo decir que este mes ha sido muy bueno en lo que se refiere a ellas. No me faltaron, tras mucho tiempo, las cuatro grandes: buitres leonados y buitres negros prácticamente a diario, con numerosos ejemplares de ambas especies en varias ocasiones.

Buitres leonados.
Buitre negro.

También, tras un mes de agosto sin ver a ninguna de las dos, aparecieron un águila real con plumaje juvenil, y un águila imperial ibérica adulta que pasó muy cerca de casa emitiendo su característico ladrido.

Águila real.
Águila imperial ibérica.

En la ZEPA, si los milanos negros se van indica que el grueso de la población invernante de milano real llega. Cada vez se hacen más frecuentes, e incluso ya se empeizan a ver pequeños grupos de ellos. Grupos en los que a veces también se encuentra el ratonero común (o busardo ratonero).
Parecido al ratonero común es el abejero europeo, tanto que tiendo a equivocarme al identificar a algún ratonero que veo por algún abejero europeo (y que gracias a Carlos Rossi veo que estaba equivocado). En la entrada de avistamientos desde la ventana del mes de agosto ya comenté a Alberto Benito que tenía la esperanza de observar a algún bando migratorio de estos últimos para engrosar mi lista de especies avistadas desde casa. No fue ni mucho menos un bando, pero sí un ejemplar aislado de abejero europeo el que me deleitó con su presencia, y que me confirmó Carlos por si acaso (gracias).

Abejero europeo.

Otras rapaces que han aparecido este mes han sido la culebrera europea (que también se marcha hacia África), el cernícalo vulgar y el aguilucho lagunero occidental (una hembra muy lejana y con muchas dudas).

Para terminar con las aves de mayor tamaño antes de empezar con los pajarillos, una de las cigüeñas blancas del pueblo aparece de vez en cuando en el nido que tienen sobre el campanario de la iglesia, y los bandos de cuervos son muy numerosos.

Cigüeña blanca.
 
De los pajarillos, sin lugar a dudas el más frecuente y numeroso durante el paseo ha sido el papamoscas cerrojillos. Han utilizado frecuentemente el parque y sus árboles como posaderos, ya que allí hay numerosos insectos voladores de los que alimentarse. El año pasado por estas fechas también vi al papamoscas gris y al colirrojo real en ese mismo lugar, pero este año muy a mi pesar, no ha podido ser.

Papamoscas cerrojillo.

Allí también repusieron fuerzas los mosquitero musicales que paraban para alimentarse sobre los tarays. Fueron numerosos únicamente durante las primeras semanas de septiembre.




Diferentes mosqutieros musicales.

Uno de ellos me puseo en serias dudas, ya que me parecía muy blanco. Tras varios días de ponerme pesado con Carlos Rossi y Alberto Benito (lo siento) y tras ponerme en contacto con el grupo local SEO-Monticola, conseguí salir de dudas. Gracias a todos.

Mosquitero musical.

Además, he visto a mis últimos jilgueros, probablemente hasta el mes de marzo o abril, cuando se adentren de nuevo en el pueblo. En cambio, el colirrojo tizón ha regresado tras dos meses ausente. Un macho de esta última especie no para de cantar y cambiar de un posadero a otro, tal vez también sufra el comportamiento conocido como falso celo.

Colirrojo tizón hembra o juvenil.
Colirrojo tizón macho.

El último paseriforme que he visto es el estornino pinto. Vi a varios individuos que me crearon dudas, llenos de pintas blancas por todo el cuerpo: ¿estorninos pintos o estorninos negros hembra con plumaje nuevo?  Finalmente conseguí fotografiar a un individuo que presenta el plumaje de transición de juvenil a primer invierno del estornino pinto.

Estornino pinto.

Dejo para el final la que para mí ha sido la mejor especie de este mes. Se trata de un ave no muy infrecuente, sobre todo en los pasos migratorios. Muchos aficionados a la ornitología lo saben y van a buscarlos a diferentes lugares. Personalmente, sólo lo había visto en una ocasión y no esperaba verlo nunca en este parque. Pero ahí que estaba, en lo alto de un muro descansando, con el pico hacia arriba. Sin lugar a dudas, aquello era un torcecuello euroasiático. Sólo me dio tiempo a mirarlo con los prismáticos antes de que se fuera, una pena.

Este mes ha finalizado con 30 especies avistadas (sumando las 9 más comunes), con tres novedades (abejero europeo, torcecuello euroasiático y golondrina dáúrica), lo cual hace que ya sean 70 las especies detectadas desde casa (69 avistadas más una escuchada).


P.D: comentar que el número de salidas al campo se ha intensificado en relación directa a la bajada de las temperaturas. Para mediados del mes de octubre espero que ya podáis disfruta de alguna entrada al respecto, donde seguramente no faltarán avutardas y sisones (entre otros).