jueves, 27 de junio de 2013

Avistamientos desde la ventana: junio, mes de los pequeños momentos.

Durante el mes de junio he tenido mi periodo de exámenes, de forma que no he podido dedicar el tiempo necesario ni al disfrute en plena naturaleza ni a la actualización de este blog, lo cual siento mucho. Sin embargo, en los pequeños descansos que me tomaba a lo largo de las muchas horas de estudios sí me podía asomar por la ventana, aunque fuera durante unos breves instantes, para ver los que por aquí se movía.
En esta ocasión, en lugar de ir especie a especie os describo brevemente algunos de estos pequeños momentos.

El primero de estos pequeños momentos tiene como protagonista a la muy común paloma torcaz. Tras una tormenta veraniega de pocos minutos, y posterior salida del sol, vi una sombra que se movía sobre mis apuntes y escuché un golpe seco contra la ventana. Miré hacia arriba, y una cara que parecía que estaba diciendo "te estoy vigilando, sigue estudiando" miraba hacia el interior de la habitación. Pero desde luego, no me estaba mirando a mí, estaba a otra cosa y ni siquiera veía mis movimientos. Estaba ensimismada bebiendo de las grandes gotas de agua que se quedaron sobre el cristal. Creo que esta fue una oportunidad única para fotografiar desde abajo a una paloma posada. 

Paloma torcaz.

Otro momento, también con una común y también mientras estaba estudiando, ocurrió cuando mi padre me avisaba de que un "pájaro grande y raro" estaba en el patio. Al verlo desde la ventana no conseguí identificar a la especie ya que estaba resguardada en un escondrijo. Al salir andando, su cola larga, su punteado en el pecho y su dorso casi negro, y en realidad no era ni grande ni raro. Se trataba de un volantón de mirlo común. Dado que no parecía tener ninguna herida y a que los padres lo cebaban lo dejamos allí y a los pocos días ya no se encontraba en el patio.

Volantón de mirlo común.

Como ya escribí en las dos entradas anteriores, en estas fechas son muy comunes tanto los verdecillos como los verderones. Tampoco quiero aburriros con sus posaderos y sus maravillos cantos, pero sí con uno de estos breves momentos con los que me deleitaron los verderones.
Por la mañana, al levantarme y mirar por la ventana vi bastante movimiento de verderones en el parque. Así que estuve un rato fotografiando a uno que estaba comiento las semilllas (o lo que fuera) de los tarays. Estaba muy tranquilo pese a mi presencia, Pero esta tranquilidad se vio repentinamente interrumpida: otro macho de verderón se lanzó a por él, tal vez había invadido su pequeño territorio de cría o simplemente le molestaba su presencia.

Verderón común.

Verderones comunes.


Durante la primera quincena de este mes cada día se presentaba un colirrojo tizón, el cual cantaba sin parar en sus múltiples posaderos, amenizando las horas de estudio. En una de esas ocasiones probó otro posadero diferente, a pocos metros de la ventana.

Colirrojo tizón.

Pero no es la única especie que se decidió posar más cerca que de costumbre. El crotoreo de una cigüeña blanca sonaba más cerca de lo que estoy acostumbrado, tanto que parecía estar al lado. Tanto como al lado no, pero a pocos metros sí que estaba. Qué bonita se veía a la luz del atardecer.

Cigüeña blanca.

Siguiendo con las cigüeñas, de nuevo la pareja que aquí cría ha tenido que aguantar la presencia de otras intrusas, protegiendo en todo momento a su prole y su nido. En cambio, los pollos de cigüeña ya están muy crecidos, perfectamente emplumados e incluso ya saben volar.

 

Vuelos que por otra parte resultan mucho más acrobáticos y hábiles de lo que cabria esperar para unos jóvenes inexpertos. Pero estos momentos de entrenamiento se ven frecuentemente interrumpidos por la presencia de otras cigüeñas adultas, como la de la fotografía, que llegó crotorando en vuelo.

Juvenil de cigüeña blanca volando.

Adulto de cigüeña blanca crotorando.

En mayo no conseguí ver a la amenazada águila imperial ibérica. Sin embargo, este mes la dosis ha sido el doble que de costumbre. Un día fue un adulto y otro día una juvenil (no sé de qué año).

Águila imperial ibérica adulta.
Águila imperial ibérica juvenil.

Estos fueron, para mí, los grandes momentos vividos durante este mes de junio. Sin embargo, el listado de especies es bastante más grande: águila real, águila calzada, aguilucho lagunero (macho y hebra), aguilucho pálido, buitre leonado, buitre negro, cernícalo primilla, cernícalo vulgar, milano negro, milano real (todos siguen siendo juveniles), ratonero común, ánade real, garcilla bueyera, abejaruco, cuervo, grajilla, jilguero y oropéndola (dos días diferentes, va a resultar más frecuente de lo que esperaba).

Milano negro.
Águila calzada de fase clara.
Abejaruco.
Jilguero.

Bueno, se me olvidaba. El mejor momento de todos me lo ha dado una rapaz nocturna. Pero a esta le dedicaré una entrada específica al volver de vacaciones. Dejo una fotografía de sus ojos, a ver si adivináis de qué especie se trata.



Este mes termina con un total de 34 especies avistadas (10 de ellas comunes) y se suma una especie más a la lista de avistamientos en general desde casa, con un total de 63.

Vencejo común.