viernes, 31 de mayo de 2013

Avistamientos desde la ventana: mayo, el mes de los verdes.

Cada mes, a modo de juego personal, me marco algunas especies de aves como objetivo para intentar observar desde casa. Cualquier aficionado a la observación de aves pensará que soy un pobre iluso, ya que si es difícil dar con algunas moviéndose por el campo como para encima esperar verlas desde la comodidad del hogar. En realidad eso lo pienso hasta yo, pero entre otras cosas, es esta ilusión de ver especies nuevas desde casa la que me anima a que me siga asomando.
Al principio de este mes de mayo entre las especies que querría incluir en la lista se encontraban el aguilucho cenizo, la culebrera europea, el abejero europeo, la garcilla bueyera, la garceta común y la abubilla. Como iremos viendo a lo largo de la entrada, no fue posible ver a todas éstas ni mucho menos, y fotografiarlas decentemente ha sido prácticamente imposible.

Tórtola turca.
 
Sin embargo, por cuestiones de azar y con mucha suerte, a veces se dejan caer por aquí algunas especies que no pensaría observar en un ambiente humanizado. Este mes ha sido el caso de un pájaro asociado a los bosques caducifolios, la oropéndola. Y no fue una, si no dos las que pasaron por aquí, en vuelo rápido, con su obispillo de ese amarillo que destaca tanto (y que bien le ha valido su nombre), sus alas negras y su tamaño mayor que el de otras aves del mismo color. Este passeriforme fue el primero de los "verdes".

Los otros dos verdes, como seguramente haya pensado el lector, son el verdecillo y el verderón. Cada vez son más frecuentes verlos, de hecho, el verderón no ha faltado ningún día durante este mes. Es más que posible que ambas especies críen en los árboles del parque situado atrás, donde se les escucha constantemente.

Verdecillo.
 
La fotografía de este verderón (y otras que no he puesto) la ha hecho mi hermano, que a fuerza de verme asomarme por la ventana él también lo hace a veces y ve cosillas (incluso me dijo que vio a un pico picapinos en el parque, a saber, pero en cualquier caso lo meto en la lsita de especies que me marco como objetivo para intentar observar).

Verderón

En cuanto al verdecillo, generalmente menos tímido que el verderón, se posa comunmente en las antenas de televisión, las cuales utilizan como percha para cantar.

Verdecillo

 Otro que tenía su percha en una antena de TV fue un colirrojo tizón, pájaro de costumbres ya que todos los días estaba allí, cantando, sobre las 6 de la tarde (pero demasiado lejos como para fotografiarlo). Sin embargo, otros (o tal vez el mismo) sí se posaron en otras antenas de TV más cercanas.

Colirrojo tizón.

Para terminar con los pajarillos observados han sido una hembra de pinzón vulgar y varios jilgueros. Como este se estuvo alimentándose en los tarays durante un buen rato.
 

Jilguero alimentándose en taray.

Para terminar con el Orden Passeriformes, decir que se siguen viendo cuervos. Pensaba que sólo de sejarían ver por aquí en invierno, pero parece que me equivocaba. También pasó volando, más cercano que en otras ocasiones el córvido de ojos azules, la grajilla.

Grajilla.

Entre las rapaces deseaba ver sobre todo a aquellas que són únicamente estivales en gran parte de la Península Ibérica. De éstas se han dejado ver las más comunes como el milano negro y el águila calzada. De esta última he tenido la oporunidad de ver, por primera vez en mi vida, a varios individuos de fase oscura. También frecuente ha sido el cernícalo primilla, siempre en vuelo.

Milano negro

Águila calzada de fase clara.

Dos rapaces también estivales que tenía en esa lista de objetivos que he dicho al principio eran la culebrera y el aguilucho cenizo. A los aguiluchos cenizos sólo los vi un día, tanto a un macho como a una hembra por separado, pero a gran altura.
La culebrera europea se ha dignado a pasar por aquí más días, uno de ellos a baja altura posiblemente debido al día tan frío que hacía.
El que no apareció fue el abejero europeo, una pena. Seguiremos esperando por él.


Culebrera europea.

Terminado con las rapaces, decir que no faltaron los buitres negro y leonado (siempre a gran altura), el ratonero común, el aguilucho lagunero, el águila real, el cernícalo vulgar, y para mi alegría se han quedado por aquí algunos milanos reales (diría que en todos los casos se trataba de juveniles). Sin embargo, la que sí me faltó entre mis habituales fue el águila imperial ibérica, seguramente debido a otras ocupaciones en otros lugares. Espero que cuando terminen vuelvan a aparecer por aquí.
Bando de buitres leonados

Milano real.
Ratonero común.

Otros que ya están por aquí y que siempre me avisan de que pasarán cerca de casa son los coloridos abejerucos, ya que en sus vuelos no dejan de emitir su característicos reclamo.

De las aves asociadas a medios acuáticos sólo he tenido la oportunidad de ver al ánade real, y para mi recocijo, a la garcilla bueyera que tanto estaba deseando observar. Se trataba de una, solitaria y al anochecer.

Debo dedicarle un poco más de tiempo, ya para finalizar, a las cigüeñas blancas que crían en la torre del campanario de la iglesia de mi pueblo. Este año han nacido únicamente dos pollo que ya están muy crecidos, se ponen de pie y empiezan a ejercitar las alas (pero todavía no se elevan).
Aunque ya estén grandotas siempre se queda uno de los adultos con ellas. Y no es para menos ya que casi todos los días tienen que aguantar la presencia e incluso el acoso de algún congénere en busca de un lugar donde quedarse.

Primero expulsando a una cigüeña solitaria.
En esta ocasión son dos las intrusas.

En una ocasión fueron hasta 7 adultos los que llegaron a presentarse simultáneamente en los alrededores de la iglesia, y algunos se posaron. Pero los padres no tardaban mucho tiempo en expulsarlos. Esta escena ha sido una de las más habituales durante este mes.

Aquí uno de los adultos se hace hasta con tres intrusas.
Mes que cierro con un total de 34 especies (10 son las más habituales), con 4 novedades (oropéndola, culebrera europea, aguilucho cenizo y garcilla bueyera) las cuales hacen que sean 62 las especies avitadas entre todos los meses.

Mirlo común

Estorninos negros despidiéndose del día.




jueves, 23 de mayo de 2013

Por el río Torote, junto a la ermita de la Virgen del Espino.




Características de la ruta:
  • Municipio: Daganzo de Arriba.
  • Tipo de recorrido: lineal.
  • Hoja en el mapa topográfico del IGN: 535 a escala 1:50.000, y 535 C3 a escala 1:25.000.
  • Distancia: 2,85 kilómetros, de los cuales 1,25 km son en coche y 1,6 km andando (sólo ida).
  • Denivel: 12 metros.
  • Señalización: no.
  • Tiempo de recorrido: aproximadamente 2 horas entre ida y vuelta.
  • Época recomendada: todo el año. En verano únicamente durante el amanecer o el atardecer debido al calor en las horas centrales del día.
  • Otros:  merendero junto a la ermita de la Virgen del Espino. El merendero es frecuentado por numerosos grupos de personas que van allí a pasar el día, generalmente fines de semana y festivos en los cuales el sol luzca. Por ello es recomendable ir entre semana, y si es inevitable ir en fin de semana hacerlo por la mañana para encontrar un entorno tranquilo.
  • Aconsejable leer la anterior entrada de Recomendaciones y Consejos (pinchar AQUI).



Especies de interés: en este caso sólo pondré las observadas personalmente.
  • Residentes o visitantes habituales: cigüeña blanca, aguilucho lagunero occidental, aguilucho pálido, buitre leonado, buitre negro, ratonero común, águila imperial ibérica, águila real, cernícalo vulgar, halcón peregrino, avutarda, sisón común, perdiz roja, ánade real, pito real, pico picapinos, colirrojo tizón, curruca capirotada, carbonero común, herrerillo común, mito, cogujada común, jilguero, pardillo común, verderón común, verdecillo, pinzón vulgar, gorrión chillón, gorrión moruno, triguero, . Entre los mamíferos, destacan los corzos.
  • Invernantes: milano real, avefría europea.
  • Estivales: águila calzada, aguilucho cenizo, cernícalo primilla, milano negro, abubilla, abejaruco, críalo europeo, cuco, oropéndola y ruiseñor común.
  • En paso/estivales: papamoscas gris, papamoscas cerrojillo, collalba gris, tarabilla norteña, mosquitero musical, bisbita arbóreo, grulla.

Cómo llegar:en este caso el transporte privado es la única opción real para llegar al inicio de la ruta, ya que el camino se encuentra en la mitad de la carretera que une Daganzo de Arriba y Fresno de Torote.
Propongo dos formas de llegar en función del origen del visitante.
  • En el caso de que el visitante sea alguien de Madrid ciudad (o tenga que pasar por allí), la forma más rápida de llegar es a través de la autovía de circunvalación M-50.  Se toma la salida 10 de dicha autovía y seguir en todo momento dirección Ajalvir-Daganzo.Al llegar a Ajalvir, en la primera rotonda tomar la segunda salida, en dirección Daganzo de Arriba, hasta salir del pueblo. En las siguientes dos rotondas se toma también la segunda salida.Ya en Daganzo de Arriba, en la primera rotonda tomar la segunda salida (centro urbano-Fresno de Torote) y en la siguiente rotonda se toma la tercera salida. Siguiendo esta travesía se sale del pueblo en dirección Fresno de Torote.Una vez salimos de Daganzo de Arriba, a una distancia de 2 kilómetros y 700 metros, a la derecha se encuentra el inicio del nuestro camino, entre los puntos kilométricos 13 y 14 de de la carretera M-113. Se sitúa justo antes de llegar a una curva hacia la derecha, después de una larga recta, por lo que es aconsejable indicar el giro desde una distancia prudencial ya que en este tramo de la carretera la gente acostumbra a circular a bastante velocidad.
  • En el caso de venir desde la autovía A-2 dirección Madrid, a la altura de Alcalá de Henares se toma la salida 30, que al principio es una vía de servicio. Una vez nos situemos en la vía de servicio, tomar el segundo desvío, indicado como "M-100 Daganzo-R2 Madrid Zaragoza". Tras salir, seguir recto hasta la primera rotonda, donde tomaremos la segunda salida. Salimos a una carretera rápida de construcción reciente (M-100) y una vez pasada la salida de la R-2, se toma la salida inmediata en dirección Daganzo de Arriba. Al llegar a Daganzo, en la primera rotonda girar a la derecha, de forma que seguimos la calle hasta llegar a una travesía. En ese cruce, girar a la derecha. Ya estamos en la carretera M-113 en dirección Fresno de Torote, por lo que sólo nos queda seguir las indicaciones mencionadas en el punto anterior.


Descripción de la ruta: se trata de una ruta bastante fácil de realizar para prácticamente todo el mundo ya que es llana en toda su extensión y además relativamente corta. Incluso diría que es una de las más amenas para hacer por el hecho de recorrer el primer tramo de terrenos abiertos en coche y el segundo tramo a través del bosque de ribera, de forma que la dureza del la ZEPA nº 139 en general pase desapercibida, y aun así se puedan observar algunas de las especies más características de este espacio protegido.



Nada mas tomar el camino, conocido como Camino de Camarma (no confundir con la Colada de Camarma) empieza la primera parte de este ruta, que transcurre todavía metidos en el coche. Aun así, tendremos que estar totalmente preparados, con los ojos puestos en el horizonte y los prismáticos cerca de nuestras manos, como si de un safari se tratara. Es recomendable ir despacio, y si no molestamos a otros posibles conductores, parar cuanto haga falta para mirar hacia el horizonte: tal vez los aguiluchos cenizos o pálidos estén recorriendo los campos de cereal, a baja altura, en busca de su próxima presa. O mirar en los pocos árboles y zarzas que hay en el lindero: tal vez algún críalo o alcaudón esté posado entre sus ramas. O mirar la vasta extensión de campos de cultivo: tal vez las perdices rojas van andando de un lado a otro, o las cogujadas y otros alaudidos se encuentren buscando algo que comer. E incluso con un poco de suerte, ya que no es la mejor zona para observarlas, algún grupo de avutardas haya decidido parar cerca del camino.



Una vez pasado el arroyo del Espino (sólo veremos una fila de árboles) llegamos a la ermita de la Virgen del Espino, con el merendero justo al lado. Y es aquí donde dejaremos el coche y empezamos el tramo a pie.
En el mismo merendero ya será posible oir y con un poco de suerte observar al pito real o a la abubilla. Más frecuentes serán los pájaros, como el pinzón vulgar, el verdecillo, el papamoscas cerrojillo durante los pasos migratorios y el alcaudón común en el verano.

Merendero.
 
Además, en los tejados de la ermita también es común observar a algún gorrión chillón, que si no fuera por su monótono reclamo y su mancha amarilla entre garganta y pecho pasaría totalmente desapercibido.

Ermita de la Virgen del Espino.

Cuando terminemos de observar la fauna de esta parte del recorrido nos encaminamos hacia la ribera del río Torote, por el camino de la derecha. En el corto trayecto que va desde la ermita de la Virgen del Espino hasta el río Torote habrá que ir mirando hacia el cielo, ya que normalmente pasa algún buitre leonado o algún buitre negro, y otras rapaces como el águila calzada y el milano negro en verano, los cernícalos primilla y vulgar, o el milano real en invierno. Pero sobre todo habrá que estar atentos e intentar buscar a los aguiluchos laguneros, relativamente frecuentes en esta zona de la ZEPA nº 139.



Al llegar al bosque de ribera nos sorprenderá, especialmente en primavera, el canto y reclamo de multitus de pajarillos, y su vuelo de un lado a otro.  Carboneros y herrerillos, pinzones y jilgueros, currucas y ruiseñores no pararán de cantar entre el follaje de los árboles o entre las zarzas.

A partir de aquí seguiremos el cauce del río Torote, y cuando podamos, acercarnos a la orilla del mismo río, quizá algún pajarillo más asociado a medios acuáticos o algún ánade real se encuentre por allí.

Río Torote, un día de crecida.

Sin embargo, no son estas especies las más interesantes a buscar. Una vez metidos en pleno bosque de ribera habrá que intentar encontrar al pito real y al pico picapinos (incluso otros pícidos), en verano a la oropéndola, al críalo, al cuco y el abejaruco (es estos últimos será más fácil verlos que escucharlos), y por el carrizo tal vez aparezca algún escribano palustre invernante.



Ya llegando al final del bosque, casi saliendo de nuevo a la estepa cerealista, es interesante observar lo que parece una pequeña colonia de gorriones morunos. Será en este punto donde finalice nuestra ruta, no sin antes buscar de nuevo la presencia de alguna rapaz volando sobre nuestras cabezas.



Una vez de vuelta al coche, a la hora de salir a la carretera, personalmente recomiendo girar a la derecha hasta la vecina aldea semiabandonada, Fresno de Torote ya que por la poca visibilidad existente en la incorporación a la carretera creo que es peligroso torcer a la izquierda. En Fresno de Torote será mucho más fácil dar la vuelta, y si es posible incluso se podría parar allí.






sábado, 18 de mayo de 2013

Salida de SEO-Sierra de Guadarrama por los "Llanos del Jarama".

Hace aproximadamente un par de semanas (30 de abril de 2013) el grupo local SEO- Sierra de Guadarrama organizó una salida ornitológica con la intención de ver a las aves más interesantes de la zona: las aves esteparias. Pero no sólo vieron a éstas, si no que tampoco faltaron las rapaces.
Primero estuvieron por Valdetorres de Jarama para posteriormente dirijirse al puente romano de Talamanca de Jarama, y para terminar la jornada, visitar Fresno de Torote.
Para más información y ver algunas de sus fotografías, os animo a visitar su blog pinchando AQUÍ.




martes, 7 de mayo de 2013

Avefría europea.

Nombre común: avefría europea.
Nombre científico: Vanellus vanellus.
Estatus en la ZEPA nº 139: reproductor e invernante.




Durante los inviernos, las bandadas de avefrías europeas (Vanellus vanellus) son las encargadas de dar vida a nuestros campos con sus vuelos y reclamos. De hecho, en el mundo rural se ha relacionado la llegada de estas aves con la del frío y la de los temporales, en definitiva, con el inicio del invierno.
Y no es para menos, ya que hacia el mes de noviembre, o incluso antes si se trata de un otoño especialmente frío, llegan los primeros bandos de avefrías procedentes de Europa central y occidental para ocupar una gran diversidad de hábitats. Preferentemente zonas abiertas como marismas, eriales y barbechos, o pastizales y tierra sde cultivo, aunque también pueden estar presentes en otros terrenos, como dehesas.


Sin embargo, no es hasta enero cuando se produce la mayor concentración de invernante, lo cual dura hasta febrero, momento en el que se inicia la migración pre-reproductiva. Además, durante el invierno se llegan a observar grandes bandos, incluso de millares, debido a las olas de frío, lo cual se conoce como fuga de tempero. Eso sí, tan pronto como las condiciones climatológicas mejoran se marchan a su lugar de procedencia.


Esta ave es fácil de identificar para cualquier persona, incluso sin estar muy introducida en el tema. Desde lejos veremos a un animal de tamaño medio (30 centímetros de longitud) cuya coloración parece negra en las partes superiores y blanca en las inferiores. Esto, junto al penacho de plumas negras que salen del píleo formando una especie de cresta hacen que el avefría europea sea prácticamente inconfundible.

Desde lejos, avefría macho con plumaje nupcial.

Sin embargo, más de cerca se verá que el negro del dorso no es tal, ya que se trata en realidad de un verde brillante con reflejos metálicos. Además, en invierno presentan el plumaje de adulto no reproductor, el cual se caracteriza por una cresta más corta, la cabeza moteada de negro y de ocre, y las plumas coberteras tiene las puntas también de color ocre. Por último, el mentón y la parte anterior del cuello son blancos, al contrario que en el plumaje nupcial.
Al observar a las bandadas de avefrías en vuelo se crea un efecto parpadeante debido a que en el batir de sus anchas y redondeadas alas se deja ver intermitentemente el blanco de la parte inferior del cuerpo y alas, y el negro de la parte superior de cuerpo y alas.

Partes superior e inferior en vuelo.

Las avefrías en general, y sobre todo en invierno, son animales muy sociales que forman grandes bandadas. Pero a veces en estos bandos no sólo hay avefrías, ya que a veces se asocian con ellas algunos chorlitos dorados europeos, gaviotas reidoras y otras limícolas. En la ZEPA la asociación con estas aves es bastante improbable, pero sí se da la asociación con estorninos.


Avefrías europeas y estorninos.

Además, no es infrecuente observar a estos bandos siguiendo a los tractores, junto a otras aves como la cigüeña blanca, las lavanderas blancas o los ya mencionados estorninos (en la ZEPA nº 139). Y no es para menos, ya que en este momento aprovechan que las lombrices de tierra y otros invertebrados quedan al descubierto, presas que forman la base de su dieta. Dieta que complementa con otros invertebrados y con pequeños vertebrados como pececillos, e incluso materia vegetal como semillas y gramíneas.
Para cazar realiza cortos pero rápidos desplazamientos para localizar a sus presas. Y una vez detectadas a través de su oído o su vista, se detienen y las captura con su fino y corto pico.

Pequeña bandada de avefrías sobrevolando el campo que está siendo arado.














Entre finales de febrero y marzo se produce la migración pre-reproductiva, momento en el que miles de avefrías vuelven a sus lugares de reproducción en otros países europeos. Sin embargo, entre 1.000 y 1.500 parejas (según el último censo que he encontrado) se quedan en España como reproductores. El número de parejas reproductoras parece que fluctúa de un año a otro, lo cual se ha relacionado con el régimen de lluvias. Estas parejas se concentran preferentemente en Castilla y León (cuenca del Duero), en La Mancha, en las Marismas del Guadalquivir y en el norte de Málaga. Además, hay núcleos menos importantes en Galicia, Valle del Ebro, otros puntos de Andalucía, Extremadura y Madrid.
En Madrid se censaron unas 44-49 parejas en los años 1992-1995 (últimos censos). Las áreas más importantes de reproducción se encuentran en Aranjuez y en la ZEPA nº 139. En esta última se considera que hay entre 6 y 10 parejas reproductoras, aunque posiblemente este dato esté infravalorado. En cuanto a los municipios donde se ha comprobado su reproducción dentro de la ZEPA, se encuentran Meco, Camarma de Esteruelas y Daganzo de Arriba, además de zonas próximas en Valdetorres de Jarama y Talamanca de Jarama. En estos casos, casi siempre cerca de algún río o arroyo.



Sin embargo, para reproducirse prefiere llanuras encharcables con extensas zonas pantanosas y herbazales. Pero sonn terrenos que se han ido transformando en tierras de cultivos y en pastos. Debido a ello, las avefrías se han ido adaptando a otros tipos de hábitats para criar, como pastizales, cultivos, terrenos temporalmente indundables, entre otros.


Al contrario que en invierno, en esta etapa parece que las parejas tienden a ser más solitarias, pero la falta de terrenos adecuados para su reproducción hace que varias parejas críen juntas, formándose pequeñas colonias. Esto, lejos de ser una inconveniente, resulta de gran ventaja para esta especie.


En cuanto a los plumajes nupciales, el del macho se caracteriza por su larga cresta negra, como también son negros el píleo y la frente, la lista malar, el mentón y la garganta, y una ancha banda pectoral. El resto del plumaje es blanco, a excepción de las infracoberteras caudales que tienen un tono anaranjado.
En el caso de la hembra, el plumaje nupcial es similar, pero la cresta es más corta y las partes negras de la cara, del mentón y de la garganta están moteadas de blanco.

Hembra con plumaje nupcial, junto a una liebre.

El macho, ya en marzo, empieza a realizar sus vuelos nupciales, en el cual zigzaguea y gira de un lado a otro muy cerca del suelo, para posteriormente elevarse muy rápidamente y por último, dejarse caer casi en picado. Durante todo este vuelo emite un canto de tres frases seguidas bastante características, cada una de las cuales acompaña a una fase de este vuelo. Además, da da fuerte golpes sordos al batir las alas.
Una vez en el suelo el macho muestra su cola en abaníco, mostrándose una cola blanca con una ancha franja terminal negra y las supracoberteras caudales de tono anaranjado.


En este periodo el macho excarva varios huecos en el suelo donde se establecerá su zona de reproducción. Una vez emparejadas las avefrías, la hembra elige uno de estos agujeros como nido, el cual está desnudo en un principio, pero que se irá recubriendo de hierba seca y de pequeños palos.
La puesta se realiza entre marzo y mayo. Es entonces cuando se inicia la incubación, la mayoría de cuatro huevos, la cual dura aproximadamente 26 días. En el proceso de incubación participan ambos progenitores, especialmente la hembra. Ante cualquier peligro, se alejan del nido lo máximo posible, confiando en el buen camuflaje de sus huevos.


Tras la eclosión, los pollo nidífugos y de plumón oscuro permanecen en el nido unas pocas horas. Al salir, ya son capaces de andar y de alimentarse por sí mismos. Pero en los primeros días precisarán del cuidado de sus padres, e incluso en aquellos más duros desde el punto de vista climatológico serán recubiertos por sus madres.
Una vez han nacido los pollos los padres cambian de estrategia para hacer frente a un posible depredador. En este caso todas las aves adultas de la colonia no dudarán en rodear al intruso e intentar asustarlo con vuelos en picado y algunos gritos. Por otro lado, los pollos, ante la señal de alarma de los adultos, permanecerán inmóviles con la esperanza de pasar desapercibidos.



Los pollos completan su desarrollo a los 35-40 días, es decir, en junio. Una vez terminada la época reproductiva se empiezan a formar pequeñas bandadas que recorren los terrenos de cultivo en busca de alimento.
El primer plumaje de los jóvenes se caracteriza por una cresta más corta, casi no presentan marcas faciales, franja pectoral más estrecha y parda, y además las plumas del manto, las escapulares y las coberteras tienen todo el borde de color ocre, lo cual es da un aspecto escamoso.


La avefría europea está catalogada en la categoría Preocupación menor del Libro Rojo de las aves de España (año 2004), y De interés especial en el Catálogo regional de las especies amenazadas de fauna y flora de Madrid (año 1992).
Pero como en prácticamente todas las especies, existe una serie de amenazas que pueden afectar a su población, como son la degradación de su hábitat, la intensa actividad ganadera en zonas de cría, la depredación por parte de animales domésticos, y además es considerada como una especie cinegética (en la Comunidad de Madrid no está incluida en el catálogo de especies cinegéticas, pero en otras comunidades autónomas sí).

Para terminar dejo un par de fotografías, en un caso de unas huellas marcadas en el barro, las cuales creo que son de avefría. En el otro caso creo que es una pluma secundaria de avefría. Si me he equivocado y alguien sabe de qué se trata, no dude en decírmelo.



Agradecer a todo el que haya llegado hasta el final. Espero que hayáis aprendido un poco sobre esta peculiar ave. Y nos despedimos hasta la próxima.